¿Qué edad tienen realmente las pirámides?
¿Ya, en serio, qué edad tienen las pirámides?
No es raro encontrarse con personas que están convencidas de que la "versión oficial" de la historia miente sobre la antigüedad de las pirámides. Aseguran que son mucho más antiguas de lo que nos dicen los egiptólogos, aunque rara vez explican por qué académicos de todo el mundo —historiadores, arqueólogos, astrónomos, geólogos— querrían ocultar esa información. Autores como Graham Hancock y otros divulgadores alternativos son quienes más han impulsado estas teorías, aunque sin presentar pruebas verificables.
Pero empecemos por los hechos.
¿De qué pirámides estamos hablando?
Cuando la mayoría de la gente dice "las pirámides", suele referirse a las tres grandes pirámides de Giza, que corresponden a las tumbas de los faraones Khufu (Keops), Khafre (Kefrén) y Menkaure (Micerinos), construidas durante la IV dinastía del Reino Antiguo de Egipto, alrededor del 2600–2500 a.C.
Sin embargo, existen muchas otras pirámides en Egipto: más de 100. Antes de Giza, ya se habían construido la pirámide escalonada de Djoser, la pirámide de Meidum, la pirámide acodada y la pirámide roja. Y después se siguieron construyendo durante siglos. La idea de que los egipcios construyeron solo estas tres pirámides perfectas y luego olvidaron cómo hacerlo es simplemente falsa.
¿Cómo se construyeron?
Las grandes pirámides no están hechas de bloques gigantescos de granito de cientos de toneladas arrastrados por el desierto, como muchos post de facebook dicen. Más del 95% de su masa está compuesta por bloques de caliza local que pesan entre 1.5 y 3.5 toneladas, extraídos de canteras situadas a menos de un kilómetro. Esta caliza era de baja calidad y no se cortaba con gran precisión. Por eso, los huecos entre bloques se rellenaban con mortero y cascajo, cuya cantidad total se estima en más de 500,000 toneladas.
El revestimiento exterior, hoy casi perdido, estaba hecho con caliza blanca de excelente calidad proveniente de las canteras de Tura. Además, hay bloques de granito (10–70 toneladas) en la Cámara del Rey y otras partes internas. Estos sí proceden de Asuán, a 700 km de distancia, pero no se arrastraron por el desierto, sino que se transportaron por el Nilo usando barcazas.
Evidencia histórica: listas reales y fuentes escritas
Los registros egipcios antiguos y autores como Heródoto coinciden en que las pirámides de Giza fueron construidas por los faraones mencionados. Contamos con listas de faraones talladas en piedra (como la Lista de Abidos o la Lista de Saqqara), que detallan el orden dinástico. Aunque el calendario egipcio era móvil y las fechas exactas presentan márgenes de error, el consenso actual estima un margen no mayor a 50 años.
Lectura recomendada:
Verner, Miroslav. The Pyramids: The Mystery, Culture, and Science of Egypt’s Great Monuments. Grove Press, 2001.
Evidencia arqueológica: excavaciones y hallazgos
La meseta de Giza es una formación de roca caliza fosilífera. Su elevación la protegía de inundaciones y proporcionaba piedra abundante. La arqueología ha revelado construcciones anteriores como mastabas y santuarios, así como una enorme cantidad de fragmentos cerámicos, herramientas, restos de alimentos y basura doméstica.
Un descubrimiento fundamental fue la ciudad de los trabajadores, Heit el-Ghurab. Excavada por Mark Lehner, reveló panaderías, fábricas de cerveza, talleres, viviendas y cementerios. También se han documentado hornos de fundición y minas en el Sinaí.
En el puerto de Wadi al-Jarf se hallaron papiros que describen cómo se transportaban bloques de piedra hacia “el Horizonte de Khufu”, bajo supervisión de Ankhaf. Esto muestra una administración centralizada y altamente eficiente.
Lecturas sugeridas:
Lehner, Mark. The Complete Pyramids. Thames & Hudson, 1997.
Tallet, Pierre. Les papyrus de la mer Rouge. CNRS, 2017.
Fechamiento científico
Carbono 14
El mortero entre los bloques contiene carbón vegetal que permite aplicar el método de radiocarbono (C14). Las muestras coinciden con la cronología egiptológica (2700–2500 a.C.), con un margen de error de 70 a 200 años.
Termoluminiscencia
Aplicado a materiales de la pirámide de Meidum, este método confirmó fechas compatibles con el Reino Antiguo.
Alineación astronómica
Kate Spence propuso que los constructores usaron la alineación de las estrellas Kochab y Mizar para trazar el norte. Esta técnica solo era precisa alrededor del 2500 a.C., lo que valida la datación aceptada.
Fuentes:
Spence, Kate. “Ancient Egyptian Chronology and the Astronomical Orientation of the Pyramids.” Nature, vol. 408, 2000.
Conclusión
Todos los métodos —históricos, arqueológicos, astronómicos y químicos— apuntan a una fecha clara: entre 2600 y 2500 a.C. No hay ninguna evidencia que respalde las afirmaciones de una antigüedad de más de 10,000 años.
Negar esta evidencia no es escepticismo, es pseudociencia. Quienes difunden estas teorías rara vez investigan a fondo o publican con revisión académica. La egiptología moderna está abierta a nuevas ideas, pero exige pruebas. Dudar está bien, pero con criterio y evidencias.
Palabras clave
pirámides de Egipto, edad real, Giza, arqueología, Khufu, radiocarbono, Diario de Merer, alineación estelar, pseudociencia, historia antigua, egiptología
Lecturas recomendadas
- Verner, Miroslav. The Pyramids. Grove Press, 2001.
- Lehner, Mark. The Complete Pyramids. Thames & Hudson, 1997.
- Tallet, Pierre. Les papyrus de la mer Rouge. CNRS, 2017.
- Spence, Kate. Nature, vol. 408, 2000.
- Brier, Bob. The Secret of the Great Pyramid. Harper, 2008.