¿Por qué se odiaban?

Los samaritanos son, posiblemente, una forma más antigua del judaísmo y, de hecho, ellos solo reconocen el Pentateuco (los primeros cinco libros de la Biblia) como verdaderos. Para ellos, los demás libros que los judíos reconocen, así como los evangelios, son solo añadidos posteriores.

Los antiguos samaritanos

Para entenderlo mejor, primero hay que ver sus antecedentes históricos. Tenemos tres versiones ligeramente distintas de su origen: la versión samaritana, la judía y la asiria.

Según los propios samaritanos, ellos son descendientes de las tribus de Efraim y Manasés que sobrevivieron a la destrucción del reino de Israel (Samaria). Después del cautiverio en Babilonia, los judíos regresaron a sus tierras, que ya estaban habitadas por los samaritanos. Estos no quisieron reconocer las “ideas raras” que traían los judíos tras su contacto con Babilonia.

Según los judíos, los samaritanos no son de origen israelita, sino que provienen de otros pueblos que se apoderaron de sus tierras y mezclaron el judaísmo con tradiciones paganas.

La versión asiria coincide con este último punto en parte: relata que, tras la conquista de Samaria en el 722 a.C., los asirios deportaron a gran parte de la población israelita y repoblaron la región con pueblos extranjeros. Estos colonos trajeron consigo sus propias costumbres y religiones, lo que, sumado a la población israelita que quedó, generó una cultura mixta que se consolidó como la comunidad samaritana.

El análisis genético moderno indica que los dos grupos —judíos y samaritanos— tienen ancestros comunes, por lo que la versión samaritana parece más probable: cuando los judíos fueron llevados al cautiverio, no se llevaron a toda la población, solo a las clases altas. El pueblo común se quedó y conservó su religión, que sería una versión antigua del judaísmo. Mientras tanto, el judaísmo evolucionó rápidamente en Babilonia, influenciado por esa civilización. El resultado fue la coexistencia de dos versiones de la misma religión. Cuando los judíos regresaron, encontraron que el pueblo mantenía una religión que les parecía extraña y comenzaron un proceso de “purificación”. Según la Biblia, limpiaron la religión de elementos paganos, aunque no todo era pagano, sino una forma más antigua de su propia religión.

Así estuvieron las cosas hasta que ocurrió la diáspora, cuando los romanos destruyeron el templo de Jerusalén y muchos judíos tuvieron que huir.

El canon y las prácticas samaritanas

Un punto clave que los diferencia de los judíos es su canon religioso: los samaritanos solo aceptan como sagrados los cinco libros de Moisés (la Torá samaritana), escritos en su propio alfabeto (el alfabeto samaritano). Además, su lugar sagrado no es Jerusalén, sino el monte Gerizim, donde creen que está el verdadero templo elegido por Dios.

Esta diferencia de canon y lugar de culto contribuyó a la separación y las disputas entre ambos pueblos durante siglos.

Época cristiana

Posiblemente, al no ser considerados estrictamente judíos, los romanos los toleraron. Sin embargo, cuando el Imperio romano adoptó el cristianismo como religión oficial, los samaritanos comenzaron a sufrir persecuciones. Entre los años 474 y 491 estas se intensificaron y en el 529 intentaron independizarse del Imperio bizantino (Imperio romano de Oriente), pero prácticamente fueron exterminados y su religión fue prohibida. Muchos se convirtieron al cristianismo, dando lugar a comunidades de samaritanos cristianos.

Después de la caída de Bizancio ante los turcos otomanos, los sobrevivientes volvieron a ser perseguidos. Muchos fueron obligados a convertirse al islam. Se cree que los palestinos de Nablus son descendientes de samaritanos convertidos al islam. Prácticamente toda la población samaritana de Damasco fue asesinada en el siglo XVII y los sobrevivientes se trasladaron a Nablus.

Aunque finalmente se les comenzó a tolerar bajo el islam, la población samaritana ya era muy pequeña y estaba dispersa en lo que ahora es Palestina, Nablus, Egipto, Siria e Irán.

Durante la breve reconquista cristiana se les toleró, ya que habían sido mencionados de manera favorable en los evangelios. Supongo que por eso el cristianismo posterior comenzó a verlos de forma un poco más favorable, a diferencia del cristianismo bizantino.

Época moderna

En la actualidad, la mayor parte de la población samaritana sobreviviente se ha reubicado en Nablus, bajo la autoridad palestina. Se estima que no quedan más de 800 samaritanos (con religión samaritana) viviendo en esa región. También existe una pequeña comunidad en Holon, Israel.

El Estado de Israel los reconoce como una “rama del judaísmo”, pero no los considera judíos a menos que se conviertan expresamente al judaísmo rabínico. Mientras tanto, los samaritanos se consideran a sí mismos como los auténticos israelitas y portadores de la verdadera religión israelita, una identidad que siguen defendiendo con orgullo.

Coexistencia actual y cultura

Hoy, los samaritanos viven en una situación compleja: comparten ciudadanía israelí y palestina, y sus celebraciones religiosas, como la Pascua samaritana en el monte Gerizim, son únicas y han despertado el interés turístico. Su cultura, sus tradiciones orales y su canto litúrgico siguen vivos, aunque amenazados por la disminución de su población.