El inicio en España

Uno de los elementos que faltaba era la voz humana. Hasta entonces, las muestras disponibles solo podían ofrecer coros con "ahs" y "mhm", pero no cantar letras completas. Esto llevó a Yamaha a adquirir un desarrollo de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona y convertirlo en un producto comercial, aprovechando que muchos compositores y arreglistas son también hábiles pianistas. 🙂

La tecnología toma muestras de la voz de un cantante y las modifica en tiempo real para crear una voz sintetizada.

El lema era "un cantante en una caja", y, como se esperaba, tuvo buena recepción y ventas decentes para su nicho. No se pretendía suplantar a los cantantes reales, sino facilitar la creación de maquetas de canciones y coros sintéticos más realistas. Yamaha ofreció licencias a varias compañías para crear bancos de voces. En 2004 se lanzaron en Europa los primeros bancos: León y Lola, que fueron bien recibidos.